sábado, 7 de diciembre de 2013

Lianas

Caen sin propósito del cielo, en un cuarto vacío
unas cuantas lianas descolgadas de un recuerdo,
de aquel lleno de rebosantes imágenes y aromas
autografiados por acaramelados trazos de tu piel.

Las siento colgar, con mis párpados cerrados
las siento golpear mi frente, mientras duermo
y sin rumbo alguno, cambio de posición
para ver si entre codo y codo, logro evitarlas.

Interrumpen mis viajes oníricos destellantes
que sin mérito alguno se atreven a aconsejarme
y pedirme, hasta obligarme
 que despierte, y de una vez,
 firme con mi mano, reciba una de ellas.

Pero no me atrevo, y conservo la calma
respiro profundo mientras cambio de sueño
a uno que me permita fluir sin rozar
y olvidarme que sobre mi y bajo tu recuerdo
cuelgan, caen y me tocan aquellas lianas.

Babeantes cuerdas mutiladas por la realidad
recuerden en su insana existencia, llena de osadías,
que no volverán a tocar restos de vigilia imaginación
ni sueños inundados de resignación.

Pueden colgar las horas que quieran
y tapar las luces de una vela
pero jamás podrán en su corto porvenir
volver a quebrar la tranquilidad
que esta noche me acecha…

                                                                                             …y las que quedan, tal vez.


Federico Paz

sábado, 23 de noviembre de 2013

Despedida

Un susurro del viento
galopaba sus mejillas
surcando agonías
disfrazadas de humedad

Ella miraba el reloj
en una nube sin cielo
mientras su boca mentía
más sus ojos
no la seguían.

El tiempo se detuvo
y la vida en él
cuando en su mente dijo
“abre los ojos tu amor
que ya en los míos
no veo poesía”

Federico Paz

martes, 8 de octubre de 2013

Breve

Vivir, aunque nos cueste la vida.


Federico Paz

domingo, 8 de septiembre de 2013

A mi gato.


La simpleza de la vida
la veo corroída a diario
por inagotables ausencias y presencias
que rebotan de lado a lado
en los cántaros de mis pensamientos.

Son múltiples y llenas de vida
las razones por las que
no miro el ladrar de los perros
ni huelo los rayos de sol
como lo hace el.

A veces, simulo ignorarlo
para no agrandar más
su inalmacenable orgullo
que refuerza a diario
con sus miradas ostentosas y gallardas,
sus rasguños sobre terciopelos sin dueño.

Su caminar es digno e imponente,
cabalgante en cuatro patas flotantes
que lo llevan a despegar hacia su ventana,
a sus tardes en una ventana
que pueden llevarme a desear con ansias
su vista poder tener
para contemplar el poema que la vida es
cuando la miramos con ojos de gato.

Su orejas
 agudas y curiosas
se mueven acorde al entorno
buscando el origen de los tiempos
en un abrir y cerrar de sol,
ese sol que baña su espalda
al ritmo de las posiciones que toma al dormir.

Pero la corroída vida humana
llena de cuadros grises a pastel,
a ratos se olvida de lo hermoso
que es mirar una tarde en un balcón
o lo ameno que es gozar de la brisa
como lo hace el guardián nocturno
de los ojos en ranura.

Por eso nunca pierdo una tarde
sin acariciar con silenciosa admiración
el lomo condescendiente de un conquistador sin orbe,
emperador de las cosas simples y las verdades puras
como lo es y será
mi pequeño e indescifrable gato.

Federico Paz


jueves, 5 de septiembre de 2013

Fuego


Jugamos con fuego
… lo hicimos.
Bien sabíamos que quemaba
……. lo hicimos.

La curiosidad cosa de gatos no es
sino más bien virtud de hombres
que de la vida saben
o por lo menos
desean saber.

El fuego lo siento, lo sientes
ya lo sentimos

¿Quién sabe si es mejor 
juntos quemarnos?

Federico Paz

domingo, 1 de septiembre de 2013

Siria

Ya a los lejos resuenan los ladridos
de sabuesos con alma de metal frío
que buscan con fanfarria imperial
el licor negro que a sus garras embriaga.

Sus narices azul y rojas cruzan mares
y océanos, olfateando el temor
de inocentes rosas parapetadas
en sueños inconclusos de una tierra
donde no decidieron nacer.

La angustia apaga el sol naciente
sobre el desierto bañado por la historia
de un pueblo amalditado por el oro negro.

Mientras los caudillos del perro mayor
clavan en sus mapas de trece franjas
las yemas de sus dedos mustios, que darán
una nueva página roja al calendario gris
de la pobre existencia humana.


Federico Paz

Sillón

De la mano de un recuerdo
te espero aún sentado en el sillón
donde nuestras miradas
comenzaron a latir.

Federico Paz