Transito inmiscuido
en mi pulso
con la brisa
crepuscular peinando mis cejas
mi palma suavemente
jala el móvil
de mis cargas
Mi torso peludo de
obscenidades
aún no repara su
tibia mañana
y recorre con ansias
el corte solar
que me anuncia el
cántico del labriego
Los colores comienzan
a inundar mi aire
los sabores repletan
mi luz
ya no quedan sombras
de humor, de picardía
Me recibe con
jolgorio un carnaval de peces
que danzan en torno a
afiladas espigas,
sus compadres
enconchados
revelan los más
tristes aromas de mi larga costa
Y ya resoplando, el
verdugo de canas
corta de refilón la
sopa de mañanero martes
con sus artesanales afrodisiacos
y sus arenosos
pastizales
A poco andar, ya un
piño de negritas empepadas
claman por mis dulces
manjares
esperando que mis
rucios tentáculos
aborden
intespestivamente
al pintón que con
vergüenza mira
Sólo voy yo,
arrastrando mis arácnidas compañeras
que con fulgor miran,
cada punto de despedida
Es una danza, una
real jarana
Es el tibetano eco de
los pasmados gritos
que de casero en
casero
más de un anillo
logran
Súbitamente mis
medias lunas se abollonan
y reflejan prístinamente
la alegría que me brota
Ya es medio día y una
termal sazonada me espera
a mi, a mis
pinganillas y a mis comensales
Ya es medio día y el
porvenir me acecha
vigilando con tesón,
cada paso que doy
El revuelo que a mi tripal
invade
Sólo puedo combatir
con el gualdo ovalado
que el “negrito sabrosón”
reparte contra mis
monedas.
GAMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario