Al Maestro

Cualquier verso inútilmente declamado,

cualquier estrofa humildemente elaborada,

sólo busca repletar los vacíos que tu falta han dejado.

Es que tu pluma revolucionaria

ha dado vida, a la vida

ha dado alma, al amor.

Tu tinta ha llenado los pulmones del ahogado,

ha endulzado la melodía rutinaria.

Gran maestro, quizás

Mentor, talvez

Poeta, ya lo ves

Revolucionario, me dirás.

Tus bellas hijas han llenado mis momentos

han alimentado, con sus hermosas cabelleras

cada uno de los latidos de mi inspiración.

Y es tu inocente calma la que roba sutilmente

mi más profunda admiración

y lleva a todos mis acordes

a entonar la música que evoque tu creación

Aquella que te hace vivir en las raíces de la vida,

en los sofocados sueños de nuestro pueblo,

en la lágrima del enamorado y del desencantado,

en la oda a la anhelada libertad

a la ansiada igualdad.

Tus manos ya no trabajan por la justicia,

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.

Tus manos, Mario, han dejado ya sus semillas,

han inspirado los más altos rayos de sol

y han dejado en nuestros corazones

las honestas intenciones

de algún día poder llenar un papel

como lo hace tu inolvidable voz.

GAMO

Al gran maestro, Mario Benedetti.