Tus besos
dejan caer una flor
que en la medianoche escurre
lánguida
sobre un sueño de
desamor.
Tus besos
rompen el cristal
curvo
de un tiempo que
nunca llegó,
un reloj que nunca
encendió.
Tus besos
llegaron escurridizos
y temerosos,
mientras cogían un
terrón de valor
para colgar en el
dintel de la puerta
un guante lleno de
hasta nunca.
Tus besos
confinados en tu boca,
llenos de ti,
cabalgaron tristes
sobre una colina sin
dueño.
Gobernaron naciones
de esperanzas
y conquistaron
castillos invulnerables,
desconocidos e
inocentes.
Tus besos
fueron piernas de un
hombre
que no quería
caminar,
aletas de un pez
que quería volar.
Tus besos
velan esta noche
y la próxima también
por un sueño alegre
de un recuerdo sin
nombre.
Federico Paz
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| El Beso - Gustav Klimt |

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